En la noche de ayer domingo 18 de marzo, falleció en La Habana Adolfo Casas, destacado tenor y Director General del Teatro Lírico Nacional de Cuba, a consecuencia de un accidente cerebrovascular.
Adolfo Casas, apasionado por el bell canto desde su más temprana juventud, cursó estudios musicales en el conservatorio de su natal Pinar del Río donde, con sólo 16 años, debutó en la compañía lírica local integrando el reparto de Bastián y Bastiana, relevante pieza del repertorio mozartiano.
Años más tarde culmina los estudios de canto en el Conservatorio Estatal de Bulgaria, bajo la tutoría de la eminente profesora Sima Ivanova e inaugura su itinerario artístico por plazas operísticas europeas en 1976, interpretando La Boheme, de Puccini, en el Teatro de la Ópera Estatal de Plovdiv, Bulgaria.
Fue laureado en el Concurso Internacional para Jóvenes Cantantes de Ópera, en el Festival Internacional de Música Katia Popova y en el Festival Primavera de Pyongyang. Sus actuaciones en prestigiosos festivales internacionales de música en Polonia, México y Costa Rica han sido reconocidas por el público y la prensa.
A su regreso a la Isla, en 1978, es convidado por el Teatro Lírico Nacional para interpretar a Leonardo Gamboa en la recordada puesta en escena de la zarzuela cubana Cecilia Valdés, que dirigiera el Maestro Roberto Blanco. Un año más tarde ingresa definitivamente al elenco de la compañía, en la cual desplegó una intensa vida artística por más de 30 años, además de asumir desde hace una década su Dirección General.
Con un vasto repertorio donde confluyen los más reconocidos títulos de la ópera universal, operetas, zarzuelas españolas y cubanas, obras sinfónico-vocales y música de cámara de diferentes estilos y países, Adolfo Casas ha alcanzado la admiración de un amplio auditorio y de la crítica especializada, quien ha expresado que posee "una textura y elegancia en la voz fuera de lo común".
Adolfo Casas, apasionado por el bell canto desde su más temprana juventud, cursó estudios musicales en el conservatorio de su natal Pinar del Río donde, con sólo 16 años, debutó en la compañía lírica local integrando el reparto de Bastián y Bastiana, relevante pieza del repertorio mozartiano.
Años más tarde culmina los estudios de canto en el Conservatorio Estatal de Bulgaria, bajo la tutoría de la eminente profesora Sima Ivanova e inaugura su itinerario artístico por plazas operísticas europeas en 1976, interpretando La Boheme, de Puccini, en el Teatro de la Ópera Estatal de Plovdiv, Bulgaria.
Fue laureado en el Concurso Internacional para Jóvenes Cantantes de Ópera, en el Festival Internacional de Música Katia Popova y en el Festival Primavera de Pyongyang. Sus actuaciones en prestigiosos festivales internacionales de música en Polonia, México y Costa Rica han sido reconocidas por el público y la prensa.
A su regreso a la Isla, en 1978, es convidado por el Teatro Lírico Nacional para interpretar a Leonardo Gamboa en la recordada puesta en escena de la zarzuela cubana Cecilia Valdés, que dirigiera el Maestro Roberto Blanco. Un año más tarde ingresa definitivamente al elenco de la compañía, en la cual desplegó una intensa vida artística por más de 30 años, además de asumir desde hace una década su Dirección General.
Con un vasto repertorio donde confluyen los más reconocidos títulos de la ópera universal, operetas, zarzuelas españolas y cubanas, obras sinfónico-vocales y música de cámara de diferentes estilos y países, Adolfo Casas ha alcanzado la admiración de un amplio auditorio y de la crítica especializada, quien ha expresado que posee "una textura y elegancia en la voz fuera de lo común".
Perseverante, visionario, amante del arte lírico y convencido de la necesidad de conquistar nuevos públicos para esta práctica escénica históricamente elitista, desarrolló una inestimable labor docente durante 22 años en la Facultad de Música del Instituto Superior de Arte (ISA), alta casa de estudios que lo distinguiera como Profesor Titular Adjunto; y, en 2005, fundó y asumió la dirección de la Unidad Docente del TLNC, institución formadora de jóvenes intérpretes, cantera que nutre las filas de la emblemática compañía que en la actualidad exhibe un rostro visiblemente rejuvenecido y con incuestionables resultados en concursos y temporadas nacionales e internacionales.
Su arte ha recorrido innumerables escenarios de Alemania, Rusia, España, Austria, República Checa, México, Polonia, Corea, Nicaragua, Brasil, Costa Rica, Colombia, Canadá, Portugal e Italia, entre otras naciones. Por su aporte a la cultura y la defensa de nuestra identidad ha sido acreedor de la distinción "Por la Cultura Nacional" y las medallas “Alejo Carpentier” y “José Tey”.
Reciban sus familiares, colegas y alumnos las más sinceras condolencias. El arte lírico cubano pierde una de sus voces más preciadas, un espíritu batallador, un indiscutible maestro, un artista.
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