miércoles, 24 de abril de 2013

El mundo no se acabó, sigue al ritmo de David Blanco

Por: ADNALOY HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ

La gira nacional de David Blanco sigue abriendo puertas a un Nuevo Mundo, esta vez en la provincia de Mayabeque, al presentarse el domingo 20 de abril en el parque central de Güines para celebrar los aniversarios 51 de la Unión de Jóvenes Comunistas, 52 de la Organización de Pioneros José Martí, 20 de la disquera BisMusic y 12 de su agrupación.
“Cuando hicimos el concierto en el Karl Marx, el 22 de diciembre de 2012, supuestamente el día anterior se acababa nuestra existencia según la profecía maya. Pero no sucedió, y solo vivimos una nueva etapa, en la cual lo negativo y mezquino no deben existir. Así surgió el nombre de esta gira, con deseos de cambiar y comenzar un nuevo mundo”.
En la plaza se dieron cita jóvenes de varias generaciones, quienes corearon y disfrutaron junto al artista y su banda temas antológicos: “Mueve la pachanga”, “Fiesta”, “Una y otra vez”, “Botao en Madrid”, “La evolución”, “Parar el tiempo”, “Amaneció”, “La tierra prometida”; y otros incluidos en el último fonograma Amigos: “Pica Pica”, “Este año”.
“Estoy haciendo canciones del disco nuevo y algunas de mi discografía anterior que nunca dejo de interpretar porque el público no me lo perdonaría. Además, estreno temas de nuestra siguiente producción, que saldrá en el 2014”, aseguró el popular cantautor.
No solo sus cualidades vocales motivaron la noche, también su destreza en instrumentos como la trompeta, la percusión, la filarmónica y el piano, con el cual protagonizó uno de los momentos más emotivos de la velada al interpretar su versión de la emblemática “Yo soy el punto cubano”.
La ocasión fue oportuna para revivir experiencias y emociones de su paso por Oriente hasta Occidente. “Todo ha sido genial. Hacía tiempo no iba a Santiago de Cuba. Allí empezamos la gira el 4 de abril en la plaza Antonio Maceo, donde compartimos con los Van Van. Unirnos en el escenario es muy característico de los músicos cubanos. Somos amigos y encontrarnos fue gratificante.
”Después siguieron Guantánamo, Bayamo, las Tunas. Fueron presentaciones de miles de personas. Precisamente eso buscaba, encontrar al público cubano en estas grandes plazas y mostrarles las canciones del disco Amigos.
”Disfruté mucho el encuentro con los niños huérfanos o que no viven junto a sus padres por determinada razón. Los pequeños son un termómetro para medir cómo están mis canciones. Tienen una sinceridad y un cariño únicos, cuando las cantan sé que voy bien.
”Visitamos el Oncológico de Santiago de Cuba, encaminados a dar energía positiva. Está comprobado que cuando van artistas, payasos y comediantes a este tipo de hospitales, al otro día las pruebas de los niños mejoran: les pueden coger mejor la vena, les suben las defensas del organismo.
”Lo más importante es regalar alegría y nuevos sentimientos. Reflexionar sobre este momento de cambios que vive Cuba y del cual los músicos no podemos estar divorciados. Nuestro deber es abrirnos al mundo y seguir cambiando, floreciendo, creciendo. Cuba es un país riquísimo y es hora de que el planeta se entere”.
El periplo musical va llegando a su fin pero para David es parte de un continuo quehacer artístico que lo convierte en uno de los jóvenes músicos más talentosos y creativos de su generación.
“Estoy contentísimo de terminar en La Habana con un concierto grandísimo en Malecón y 23, lugar donde nunca he tocado y no recuerdo que muchos grupos lo hayan hecho. Me siento honrado por cantarle, en el centro del Vedado, a la familia cubana”.
“Siempre trato de inspirar e inventar nuevas sensaciones y experiencias. La gira ha sobrepasado todas mis expectativas. Siento que termina oficialmente, pero no dentro de mí”.

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