1959 es el espectáculo que la Compañía Ópera de la Calle,
bajo la dirección del barítono Ulises Aquino, estrenará el próximo
sábado 25 de agosto en el teatro Karl Marx, bajo los auspicios de la
EGREM y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas.
Un recorrido por la herencia musical cubana, nuestras tradiciones y ritmos característicos, distinguen a esta atractiva producción teatral concebida para el amplio escenario del coliseo de 1era. y 10, en Miramar; un reto mayúsculo si tomamos en consideración la naturaleza de una agrupación escénica que --haciendo honor a su nombre-- privilegia las actuaciones en espacios no convencionales y para públicos no habituales del género lírico.
Música y danza confluyen en esta entrega; y una concepción dramatúrgica que viaja de lo arraigado y local a lo contemporáneo y universal. Un nutrido elenco de cantantes-actores recreará nuestro pródigo universo sonoro. Piezas antológicas, ritmos como el cha cha chá, el son y otras armonías que causaron furor allá por las asombrosas y ya lejanas décadas del siglo XX, grandes éxitos de la música popular, himnos que nos identifican como nación y hasta temas contemporáneos de la autoría de Carlos Varela y Tony Ávila, desfilarán ante el auditorio en una invitación marcada por el carácter inclusivo de su propuesta estética.
La relación movilizadora entre las nuevas sonoridades y la tecnología, con una estructura que invita al espectador a interpretar y completar el significado a partir de su experiencia vital, es parte del credo de esta singular agrupación que pretende acercar el arte lírico a un público poco asiduo a recintos teatrales y escaso consumidor del más clásico repertorio operático.
Con 1959, Ópera de la Calle sumará un título más a su valioso itinerario, donde espectáculos como Portales y Carteles ya han marcado una pauta en su propósito de entablar con la concurrencia un diálogo activo y enriquecedor.
Un recorrido por la herencia musical cubana, nuestras tradiciones y ritmos característicos, distinguen a esta atractiva producción teatral concebida para el amplio escenario del coliseo de 1era. y 10, en Miramar; un reto mayúsculo si tomamos en consideración la naturaleza de una agrupación escénica que --haciendo honor a su nombre-- privilegia las actuaciones en espacios no convencionales y para públicos no habituales del género lírico.
Música y danza confluyen en esta entrega; y una concepción dramatúrgica que viaja de lo arraigado y local a lo contemporáneo y universal. Un nutrido elenco de cantantes-actores recreará nuestro pródigo universo sonoro. Piezas antológicas, ritmos como el cha cha chá, el son y otras armonías que causaron furor allá por las asombrosas y ya lejanas décadas del siglo XX, grandes éxitos de la música popular, himnos que nos identifican como nación y hasta temas contemporáneos de la autoría de Carlos Varela y Tony Ávila, desfilarán ante el auditorio en una invitación marcada por el carácter inclusivo de su propuesta estética.
La relación movilizadora entre las nuevas sonoridades y la tecnología, con una estructura que invita al espectador a interpretar y completar el significado a partir de su experiencia vital, es parte del credo de esta singular agrupación que pretende acercar el arte lírico a un público poco asiduo a recintos teatrales y escaso consumidor del más clásico repertorio operático.
Con 1959, Ópera de la Calle sumará un título más a su valioso itinerario, donde espectáculos como Portales y Carteles ya han marcado una pauta en su propósito de entablar con la concurrencia un diálogo activo y enriquecedor.
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