lunes, 26 de diciembre de 2011

Nueva sala de conciertos en el Centro Histórico de la ciudad

El amplio e impresionante Salón Dorado del Palacio de los Matrimonios de Prado, otrora escenario de fastuosas fiestas, banquetes y bailes, y luego mudo testigo de innumerables ceremonias nupciales, se erige hoy como la cuarta sala de conciertos de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

La audición de Danzas y villancicos del barroco americano, a cargo del Conjunto de Música Antigua Ars Longa dirigido por Teresa Paz, dejó inaugurado el nuevo espacio cultural ubicado en la última planta del edificio, inspirado en el más bello y fino estilo plateresco que fuera sede del Casino Español.

En la majestuosa sala, con capacidad para 200 personas, se escucharon las melodiosas voces e instrumentos de los integrantes de Ars Longa, quienes interpretaron partituras del período barroco musical que se desarrolló en Europa y América entre los siglos XVI y XVIII. A juicio de su directora, la soprano Teresa Paz, el recinto posee una maravillosa acústica y resulta un sitio espectacular del cual podrá disfrutar el público.

Este nuevo espacio de presentaciones, enclavado en la populosa arteria del Prado habanero, se incorpora así a la programación dirigida a los amantes de la música antigua, lírica, coral y de cámara que ofrecen cada semana otras tres salas de concierto en la zona más antigua de la capital cubana: la Iglesia de San Francisco de Paula, el Oratorio San Felipe Neri y la Basílica Menor de San Francisco de Asís.

El Palacio de los Matrimonios de Prado fue cerrado en 2005 a causa de un marcado deterioro constructivo. La Oficina del Historiador de la Ciudad asumió el proceso de rehabilitación y remodelación arquitectónicas del inmueble, que recuperó su esplendor original y retomó ahora su conocida función de casamientos.

El edificio muestra una exquisita terminación y belleza de sus lujosos salones; destacan el esmerado trabajo de recuperación general en las pinturas decorativas de sus paredes y techos, la variada colección de luminarias y muebles restaurados y la cuidadosa conservación del mármol blanco de Carrara de sus  escaleras, balaustradas y  pasamanos.

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